Para Laura i el Miquel todo empezó en 2015 cuando pasaron un fin de semana en el Valle de Àger e hicieron su primero vuelo biplaza como pasajeros. ¡Desde entonces viven a las nubes! Miquel aquel mismo año realizó el curso de parapente y hasta ahora ha sido uno no parar de volar. Durante dos veranos Laura se dedicó a acompañar a Miquel por diferentes zonas de vuelo con mucha envidia sana. Así que también realizó el curso de iniciación al parapente y, aquel mismo año, se examinó como piloto. Poco a poco fueron progresando en la disciplina y conociendo nuevas zonas de vuelo en Cataluña y la Península. Y en una de estas escapadas, en un despegue de Madrid, conocieron a Víctor. Otro amante del parapente que se pasa el día rebuscando apps de volar y localizando nuevas zonas de vuelo. Así pues, somos una panda de freaks del parapente muy bien avenidos. Todas y todos con un mismo objetivo: